Monday, May 31, 2010

Análisis de la Primera Vuelta Presidencial en Colombia (1)


Intentemos explicar la abrumadora victoria de Juan Manuel Santos (Partido de la U) que se impuso con el 46.6% de los votos válidos sobre el 21.5% de Antanas Mockus (Partido Verde) en la primera vuelta presidencial de los comicios de ayer en Colombia. Ese resultado sorprendente no debería serlo tanto si tomamos en consideración los siguientes puntos:

1. Combinación de voto de “gobernabilidad” y voto de “aparato político”. Las clases medias y altas mantuvieron su apoyo al proyecto de gobierno del uribismo, tanto en los temas de “seguridad democrática” y neoliberalismo económico. La candidatura de Santos era la única que convincentemente demostraba tener la capacidad de asegurar esta continuidad: experiencia en el gobierno, fuerza parlamentaria, control del aparato estatal. La sensación de que romper “con lo avanzado”, considero, influyó en este sector de la ciudadanía colombiana.

2. La maquinaria. En los sectores populares y rurales se hizo evidente el peso que mantienen las estructuras clientelares. Ello no sólo significa un chantaje a cambio de apoyo electoral, sino además la evidencia de que los electores pueden obtener un beneficio directo a cambio de votar por determinadas candidaturas. La opción de Santos, con mayor acceso a recursos públicos, hacia tangible esta posibilidad. La política se sigue jugando en estas arenas y no solo en las “redes sociales”.

3. Campañas concretas versus la ilusión del cambio. La campaña electoral de Mockus tuvo la habilidad de abrir una “tercera via” a la división uribismo/anti-uribismo, pero no supo capitalizar ese impulso al aterrizarla en ofertas concretas. El cambio de estilo en la política, a través de su discurso de la “legalidad”, tuvo llegada, pero no llegó a los sectores sociales más necesitados con problemas de pobreza, desigualdad, exclusión, desplazamiento…Su discurso fue a las formas y no a los temas de fondo.

4. La ingenuidad de una candidatura emotiva. Mockus se confío en la “ola verde” y no la ató a propuestas concretas. Las candidaturas emotivas son volátiles, dependen mucho de los estados de ánimo. Se confió de corrientes de opinión pública sesgadas por el apoyo que había recibido de intelectuales y de artistas. La política es emoción, pero también pragmatismo.

5. Las limitaciones de las “redes sociales”. El mundo virtual continúa alejado del mundo real. La candidatura de Mockus fue popular en las tecnologías 2.0 (Facebook, Twitter, blogs) que, contrariamente a lo que se supone, tienen llegada a los debates de los medios de comunicación convencionales, pero que son un magro reflejo de la política real. Las redes sociales que importan no están en internet sino en los operadores políticos.

Se comprobó que las “sorpresas” no se anuncian. Santos salió de esta consulta más fuerte que nunca y se corroboró que las olas –como la ola verde—siempre pierden fuerza en la orilla.

Bonus track: Esta mañana en RPP.

Labels:

Saturday, May 29, 2010

Compárame: Colombia y Perú

Para muchos, Colombia es un país esquizofrénico. Por un lado, existe un alto nivel de institucionalidad de la política, con una clase política cultivada y propositiva, con campañas electorales que exploran y debaten a profundidad propuestas de gobierno. Por otro lado, es una sociedad con el conflicto interno más longevo del continente, con una política clientelar donde la compra de votos es moneda corriente, y con las consecuencias del desplazamiento y la pobreza. Las noticias sobre el actual proceso electoral colombiano han privilegiado la primera dimensión, y de hecho la opinión pública peruana se ha contagiado de la emoción de la campaña de Mockus, de los más de 10 debates presidenciales programáticos, de la participación de intelectuales de primera línea; al punto que ha despertado "sanas envidias" y ha hecho que la comparación con nuestra política sea más que odiosa. Para muestra: mientras Elster, Habermas y Ostrom apoyan a Mockus; en nuestro medio, Adrianzén, Lynch y López se pronuncian a favor de Humala.

Sin embargo, esa otra dimensión de la política colombiana se ha invisibilizado. Por ejemplo, cuando Mockus plantea sus políticas de cambio en la cultura ciudadana, asume una falsa homogeneidad, y supone una población sin tensiones de desigualdad económica y social. Cuando se plantea un cambio en la política, éste se concibe en términos de forma, como si se negara el realismo brutal de las FARC y paramilitares. En ese sentido, mal que bien, creo que en el Perú somos más sensibles a los problemas de fondo, tan profundos como "mundanos": trabajo, pobreza, desigualdad, conflictividad social. Es cierto que en el medio va creciendo una agenda post-liberal que se aleja de los problemas más urgentes; pero confío en que los debates electorales girarán más en torno a las políticas de lucha contra la pobreza que sobre la legalización de la marihuana.

Tengo la impresión de que nuestro país no necesita émulos de Mockus. O, en todo caso, que trasciendan sus limitaciones. La política requiere cambios en el estilo, pero sobre todo apuntar a los problemas concretos y urgentes. Tampoco creo que un candidato sea mejor que otro si cita a Habermas en sus discursos. Recuerden las caras absortas de los cocaleros bolivianos cuando García Linera lo hacía en campañas pasadas. Dejemos de jugar por un momento a ser los ciudadanos del mundo y asumamos la vergüenza de un país desigual, violento y excluyente. Mientras seguimos creyéndonos la historia del ciudadano posmoderno, no hemos resuelto siquiera los problemas premodernos de un país sin ciudadanos. La comparación con nuestros vecinos ayuda, pero sobre todo si podemos aprender más de nosotros mismos. La imitación ingenua es perjudicial. Como dirían Los Titanes de Colombia, "compárame... aunque salga ganando, yo he perdido".

Publicado en Correo, 29 de Mayo del 2010.

Labels:

Saturday, May 22, 2010

Mockus

Los peruanos no vamos al Mundial de Fútbol, pero terminamos hinchando a muerte por nuestros favoritos. Vemos la Champions League como si fuéramos catalanes y nos quedamos afónicos gritando los goles de Messi. En política también vivimos ilusiones prestadas y recientemente la candidatura presidencial de Antanas Mockus ha despertado inusitadas preferencias en un gran sector, sobre todo progresista, al punto que muchos --en un arranque de hermandad latinoamericana- se confiesan públicamente: "Quisiera ser colombiano para votar por Mockus". Pero ni Mockus es Messi ni las elecciones colombianas son el Mundial.

Mockus tiene la capacidad probada de administrador urbano. Nadie podría negar su buena gestión como alcalde de Bogotá. Se admira su creatividad y su estilo excéntrico, se halaga su locura, se envidian sus divagaciones filosóficas. Se espera en él la decencia de un profesor universitario conocido por callar a sus alumnos bajándose los pantalones y mostrando las nalgas. Pero, ¿una buena administración edil y la promesa de un gobierno honesto son suficientes para dar señales concretas de un cambio de timón efectivo en un país que enfrenta la guerra civil más larga del continente?

La izquierda local admira a Mockus, pero sabe poco que fue pionero de la privatización de la educación pública al incrementar el costo de las matrículas cuando fue rector de la Universidad Nacional. Como alcalde, hasta ahora se recuerda la ineficiente venta de la Electrificadora. Sus admiradores se hacen los ciegos con su pragmatismo -casi baylyano- de subirse al Partido Verde, que ni siquiera es una organización política enraizada, sino un vehículo como a los que pragmáticamente suele montarse (como hizo anteriormente con la organización indígena).

Las últimas semanas han develado sus limitaciones, al punto que la "ola verde" se ha frenado. Ha caído en frases confusas que necesitan posteriores explicaciones, en las que se le va semanas reinterpretando lo que dijo y lo que no. No supo aclarar si era creyente, y luego tuvo que decir que fue monaguillo y que le ha pedido a su esposa casarse por la Iglesia católica. Se peleó innecesariamente con su potencial aliado Petro al sugerir que practica teorías que justifican la violencia. Si bien puso condicionales, señaló que extraditaría a Uribe (y luego tuvo que decir que "estaba mal informado"). Pero sobre todo no promete cambios sustantivos en materia económica ni cuestiona significativamente la política de seguridad democrática de Uribe. Sólo promete "un cambio en la política", que es sobre todo una modificación de las formas y no del fondo. De todos modos, sigue segundo en las encuestas (34% versus 39% de Santos, según CNC), lo cual anuncia una definición por penales. Pero recuerde: no se ponga la camiseta sin saber antes a qué juega su equipo.

Publicado en Correo, el 22 de Mayo del 2010.

Labels:

Saturday, May 8, 2010

Lo mismo de siempre

Los peruanos vivimos diariamente una vorágine en la que no dejamos de vernos en el ombligo, y la tan mentada opinión pública nacional se convierte en canales compartimentalizados en el cada quien escucha lo que quiere oír y el diálogo es más utópico que una democracia griega. Nos inventamos nuestras propias mentiras, de izquierda a derecha, para seguir creyendo que tenemos la razón o simplemente para deprimirnos con nuestras miserias y no dar el salto cualitativo que necesitamos. A modo de muestras:

El APRA está en la peor crisis después de la muerte de Haya (cuando sea el partido que gane más gobiernos regionales hablamos). Estamos viviendo el régimen más corrupto de la historia republicana (No es corrupción, son sólo manchas en el pantalón). Cipriani y el Opus son un mal para el país (eso diles a los que tienen su MBA en la Universidad de Piura). Sólo la democracia participativa salvará al Perú (Bueno…¿qué te puedo decir?). Las iniciativas ciudadanas vía las redes sociales --Twitter, Facebook-- revolucionarán la política (No leas literatura entonces, sino comics).

Los caviares quieren controlar el mundo (pero si hasta llevan a la quiebra sus ONG!). Los radicales son una amenaza para la gobernabilidad del país (eso te pasa por creerle a los informes Business Track). Chávez financia una alternativa autoritaria en el Perú (las casas Alba del sur andino parecen un kiosko de periódicos). Humala es una amenaza populista, radical que destruirá todo lo avanzado en el país (uy, no conoces a los demás, Humala es el mal menor a estas alturas).

Pero ni siquiera cada una de estas afirmaciones (¿?) llega a ser verdad a medias, ni medias verdades. Son pretextos de nuestros fundamentalismos de utilería. Así los medios de comunicación y esas esferas públicas, tanto del establishment como las alternativas, perpetúan la repetición insensata de los mismos prejuicios que hace que abrir el diario o visitar un blog sea un ejercicio inútil, pues no encontraremos nada nuevo; sino lo de siempre. Escuche la radio, prenda su televisor y haga click si quiere confirmar sus odios, si quiere corroborar que nos hundimos en la más profunda de las miserias, si quiere seguir escuchando el eco de sus vísceras, si quiere tener el pretexto perfecto para no tener esperanzas. Mientras seguimos dándole a la cantaleta de, por ejemplo, tristezas apristas o caviares, seguimos postergando la discusión de un proyecto nacional. La corrupción o la intolerancia son así males menores, cuando un país no tiene rumbo, ni proyecto político. Mientras viva la inmediatez de la coyuntura, morirá un poco más el futuro en serio de un país sin instituciones y sin ciudadanos. Apague su ordenador y piense, por favor.

Publicado en Correo, 8 de Mayo del 2010.

Labels:

Tuesday, May 4, 2010

Curso: ¿Cómo analizar elecciones?

¿Cómo analizar elecciones?
Elementos de la Ciencia Política para analizar procesos electorales

Universidad Antonio Ruiz de Montoya

Existen tres fuentes para el análisis político electoral: el periodismo informado, la experiencia política, y la ciencia política. En el medio, el análisis electoral está dominado por periodistas con manejo privilegiado de información o por ex dirigentes políticos que en base a su pasado político esbozan sus análisis. Existe una tercera alternativa poco desarrollada en el análisis electoral coyuntural. Este curso tiene como objetivo digerir diversas teorías y elementos de la ciencia política como instrumentos útiles para organizar el análisis de los procesos políticos, especialmente enfocados en la coyuntura electoral 2010-2011.

El curso complementa la literatura sobre los vínculos entre políticos y electores (Política Comparada) con la referida a los determinantes de la participación política (American Politics) para analizar los procesos electorales, con especial atención a los comicios del 2010 (regionales y municipales) y del 2011 (parlamentarios y presidenciales). Se hará un énfasis importante en el fenómeno del clientelismo: los incentivos que introduce a la participación electoral, sus efectos y consecuencias en la construcción del vínculo político. Se revisará la bibliografía tanto teórica (Kitschelt, Wilkinson) como aplicada (Magaloni en México; Stokes en Argentina), y los diferentes indicadores empleados para su medición (Stokes, Nitcher, Nickerson et. al.). El curso finaliza con estudios aplicados a recientes procesos electorales en Estados Unidos, México y Perú.

Temario
1. Clivajes sociales y formación de sistemas de partidos.
Seymour Martin Lipset and Stein Rokkan, "Cleavage Structures, Party Systems, and Voter Alignments: An Introduction" in Lipset and Rokkan, eds., Party Systems and Voter Alignments: Cross-National Perspectives (New York: Free Press, 1967), pp. 1-6, 9-23, 26-35, and 46-56.

Giovanni Sartori, "From the Sociology of Politics to Political Sociology," in Seymour Martin Lipset, ed., Politics and the Social Sciences (Oxford: Oxford University Press, 1969), pp. 65-95.

Adam Przeworski and John Sprague, Paper Stones: a History of Electoral Socialism (Chicago: University of Chicago Press, 1988), Skip pp. 13-28 and the appendices, i.e., pp. 96-99, 126-141, 187-201.

Stathis N. Kalyvis, The Rise of Christian Democracy in Europe (Ithaca: Cornell University Press, 1996), pp. 1-20

2. Teoría sobre los vínculos entre políticos y electores. Perspectiva comparada.
Scott Mainwaring and Mariano Torcal “Party System Institutionalization and Party System Theory After the Third Wave of Democratization”. Richard Katz and William Crotty (eds). Handbook of Party Politics. (Sage Publications 2006)

Herbert Kitschelt, "Linkages between Citizens and Politicians in Democratic Politics," Comparative Political Studies, Vol. 33, No. 6/7 (August/September 2000), pp. 845-879.

Herbert Kitschelt and Steven I. Wilkinson, “Citizen-Politician Linkages: An Introduction.” In Herbert Kitschelt and Steven I. Wilkinson, eds., Patrons, Clients, and Policies: Patterns of Democratic Accountability and Political Competition, pp. 1-49. Cambridge: Cambridge University Press.

Herbert Kitschelt, Kirk A. Hawkins, Guillermo Rosas and Elizabeth Zechmeister “Patterns of Progrmmatic Competition in Latin America” (pp.14-58) in Herbert Kitschelt, Kirk Hawkins, Juan Pablo Luna, Guillermo Rosas, and Elizabeth Zechmeister Latin American Party Systems (Cambridge University Press, 2010).

3. El vínculo electoral. Debates sobre Representación y Participación.
G. Bingham Powell, Jr., “Political Representation in Comparative Politics,” Annual Review of Political
Science, Vol. 7 (2004) pp. 273-96.

Rosenstone, Steven J., and John Mark Hansen 1993. Mobilization, Participation, and Democracy in America. New York: Macmillan.

4. Clientelismo y Compra de Votos.
Susan Stokes, “Political Clientelism,” pp. 604-627 in Boix and Stokes, eds., The Oxford Handbook of Comparative Politics (Oxford University Press 2007).

Beatriz Magaloni, Alberto Diaz-Cayeros, and Federico Estévez, “Clientelism and portfolio diversification: a model of electoral investment with applications to Mexico” (182-205) In Herbert Kitschelt and Steven I. Wilkinson, eds., Patrons, Clients, and Policies: Patterns of Democratic Accountability and Political Competition, pp. 1-49. Cambridge: Cambridge University Press.

Ernesto Calvo and María Victoria Murillo, “Who Delivers? Partisan Clients in the Argentine Electoral Market,” American Journal of Political Science, Vol. 48 (2004), pp. 742-57.

Leonard Wantchekon, “Clientelism and Voting Behavior: Evidence from a Field Experiment in Benin,” World Politics, Vol. 55 (2003), pp. 399-422

5. Análisis aplicados: Estados Unidos, México, Perú
Richard G. Niemi and Herbet F. Weisberg “What Determines the Vote?” In: Richard G. Niemi and Herbet F. Weisberg (eds) Controversies in Voting Behavior (Fourth Edition) (Congressional Quarterly Press, 2001)

Andrew Gelman, Red State, Blue State. Rich State, Poor State. Why Americans Vote the Way they Do (Chapter 7 The United States in Comparative Perspective). (Princeton University Press, 2008)

Joseph Klesner “A Sociological Analysis of the 2006 Elections” (pp. 50-70) in Domínguez, Jorge, Chappell Lawson and Alejandro Moreno (eds) Consolidating Mexico’s Democracy. The 2006 Presidential Campaign in Comparative Perspective. (The Johns Hopkins University Press, 2009)

Jorge Domínguez “The Choices of Voters during the 2006 Presidential Elections” (p.285-204) in Domínguez, Jorge, Chappell Lawson and Alejandro Moreno (eds) Consolidating Mexico’s Democracy. The 2006 Presidential Campaign in Comparative Perspective. (The Johns Hopkins University Press, 2009)

Carlos Meléndez, “¿Cómo escapar del fatalismo de las estructuras? Marco para entender la formación del sistema de partidos en el Perú? (mimeo)

Mayores informes aqui.

Le llama la llama

Labels:

Saturday, May 1, 2010

Las dos derechas

Lourdes Flores y Alex Kouri concentran las preferencias electorales de los limeños con miras a los próximos comicios municipales. Más allá de tratarse de políticos experimentados (luego de Belmont, Lima no conoce outsiders exitosos), ambos se encuentran a la derecha del centro político y provienen de la misma escuela pepecista. Lima, la popular y la pituca, ha venido votando a la derecha las últimas dos décadas y así seguirá siendo. Pero, ¿qué diferencia a ambas propuestas? ¿Se trata acaso de una disputa entre corrupción y honestidad como plantea Flores? ¿O es una lucha entre “pitucos” y “populares” como lo enmarca Kouri? ¿Hay diferencias sustantivas entre estas dos derechas limeñas?

Ya a estas alturas es una ilusión seguir creyendo que las zonas emergentes prefieren políticos con discursos progresistas. Lima, a pesar de la desigualdad y la pobreza, se ha consolidado como una ciudad en desarrollo, desde Larcomar hasta Megaplaza. La mejora de las condiciones de vida ha tenido un correlato político: la apuesta por alcaldes pragmáticos, involucrados más en la gestión eficiente que en discursos participativos (a lo Susana Villarán). No es casual que en las anteriores elecciones presidenciales, Flores haya ganado en otrora barrios “de izquierda”.

Pero del mismo modo, decir que los barrios populares son de derecha a secas es una generalización. Considero que hay una derecha más programática (Flores) y otra más clientelar (Kouri). La primera subraya una visión de gestión de ciudad y adquiere un discurso de administración eficiente y honesta, con severos reparos al clientelismo, pero descuidando las preocupaciones sociales por más que se ensucie los zapatos. La segunda privilegia la labor social (fácilmente politizable como las bolsas de azúcar con la cara de Kouri) a la planificación urbana. Le interesa despertar estereotipos funcionales en la política peruana (recordemos el “Andrade pituco”) y busca un vínculo material con sus electores. La primera anhela un voto comprometido bajo una imagen de honradez. La segunda persigue al elector con necesidades, proyectando una imagen de “mundo popular”.

Si revisamos las encuestas, no es casual que Kouri aparezca con mayor intención de voto en distritos como San Martin de Porres, SJL, SJM, Independencia, San Martin de Porres y Los Olivos, a pesar de estar 6 puntos debajo de Flores a nivel metropolitano (CPI Abril). Y es que claramente la intención de voto por Flores disminuye conforme se baja de nivel socioeconómico (45% NSE A, 35% NSE B, 30% NSE C, 26% NSE D, y 24% NSE E); mientras que el de Kouri se impone en los más bajos (31% NSE D, 28% NSE E) (Apoyo Abril). Quizás el éxito de Castañeda se deba a que ha sabido conjugar ambas dimensiones, desde el cuestionable Metropolitano hasta los Hospitales de la Solidaridad.

Publicado en Correo, 1 de Mayo del 2010

Kouri y la compra de votos, y su discurso sobre "pitucos versus excluidos":

Labels: