Saturday, February 27, 2010

La Ciudad Invisible

Había una ciudad de escaleras amarillas que miran a los cerros y skateparks enrejados que miran al océano. Una ciudad infame sin un medio de transporte masivo que la atraviese y movilice a sus grises habitantes que hacen honor al color del cielo bajo el que nacieron. Una ciudad viciada por el caos de obras sin concluir y presupuestos sin auditar. Aquella ciudad es regida por un gobernante caracterizado por su silencio indolente, pero con el poder de haber enajenado a sus gobernados, quienes lo apoyan incondicionalmente, y lo alzan como el futuro gobernante de todo el reino. En aquella ciudad el silencio gobierna la ceguera.

Debajo de aquella ciudad vive otra, una ciudad virtual, invisible. Una ciudad formada por disidentes que han logrado mantener el sentido de la vista, pero que carecen de las habilidades para comunicarse entre sí, salvo por señales electrónicas que, en su idioma propio, llaman twitter. Protegiendo su verdadera identidad bajo seudónimos distractores, los rebeldes de la ciudad invisible buscan enfrentar el orden del monarca silente a través de mensajes de menos de 140 caracteres. Estos son enviados en insospechadas horas del día desde los lugares más insólitos (sótanos, azoteas, campanarios, zoológicos) y circulan y rebotan por la ciudad real, buscando captar nuevos adeptos a la causa subversiva.

Pero la posibilidad de la caída del monarca silente es todavía una utopía. La promesa de un orden alternativo, al que llaman "democracia participativa", es tan lejano como los límites del reino. Las batallas que se libran son muchas: "iniciativas ciudadanas", "campañas cívicas", "comunicados de ciudadanos" llenos de indignación. Pero las armas de los rebeldes son tan inútiles como un post de ayer, como un blog sin updates, un facebook sin amixers, como un twitter sin followers. No cuentan con la efectividad de la legitimidad ganada en elecciones, no emplean los caminos que alguna vez abrieron (rendición de cuentas, revocatorias), pero sobre todo, son una minoría desarticulada en el mundo real. Son un 0.5% Soy un forastero que un día emigró, pero que desde hace un tiempo he entrado en contacto con las redes sociales de los rebeldes. Sus nubes de mensajes repiten incansablemente las siguientes palabras: "Castañeda, Masías, Kouri, Castañeda, Masías, Kouri"; pero las noticias de la ciudad silente son otras: habitantes orgullosos de su urbe y de su gobernante.

No sé a quién creerle: ¿A los rebeldes del mundo post-material que luchan por consignas como "espacio público" o a los felices y "enajenados" habitantes de un mundo material de escaleras solidarias y piletas saltarinas? ¿A quién le cree usted?

Publicado en Correo 27 de Febrero del 2010

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Saturday, February 20, 2010

El fracaso del "intelectual comprometido"


Las ciencias sociales peruanas se han devaluado más que el Inti-Millón del primer gobierno de Alan. Si hay algo así como un "mainstream" del académico local, éste se reduce a un manojo de ideas fuerza: la culpa de todo la tienen los españoles, los chilenos, los apristas, el imperialismo neoliberal y sus "felipillos". El empresario es "hambreador", el Estado es "asesino". Y en el súmmum ultra de su búsqueda de aplausos baratos lanzan la explicación- primicia-chocherita: la pobreza como la varita mágica que explica Sendero, la caída de los partidos, el transfuguismo, Abencia, Tongo, Bayly.

Su lectura del país, altamente ideologizada y antojadiza, no pugna por evidencias más allá de los estados de ánimo de sus depresivos colegas, quienes "sufren" el país desde la comodidad de alguien que explica Bagua tomando un capuchino latte en el Óvalo Gutiérrez o desde un (auto)destructivo blog "newyorkino" que le arruga a las leyes peruanas. Este "intelectual" ideologizado ha hecho que las interpretaciones del Perú se estanquen en los ochenta. No se ha actualizado el debate en 30 años y seguimos atrapados en la dicotomía "desborde popular"/"otro sendero". Para pasar piola apelan a la "relevancia" de epifenómenos-revista- Somos como los cómicos ambulantes de la Plaza San Martín o la cumbia del Cono Norte. Así, los estudios sobre la subalternidad terminan siendo un by-product inofensivo del pensamiento guía del intelectual "comprometido", que nos tira el mismo cuento siempre: la Colonia, los chilenos, los apristas, el neoliberalismo, Abencia, Tongo, Bayly... (Sí cuñao).

Esta academia "comprometida" es la responsable que no comprendamos nuestro país a pesar de tanto seminario y fondo editorial. Precisamente los que acusan de "responsabilidad política" a diestra y siniestra, no asumen la suya. Esa intelectualidad de (dizque) puño alzado en 50 años no nos ha dicho nada más que la Colonia, el APRA, el neoliberalismo, Tongo, blablablá; mientras tanto siguen habiendo Baguas, Ilaves, outsiders, tránsfugas. Esa intelectualidad ha fracasado y debe ser superada por otra más fiel al trabajo empírico, al dato concreto, duela a quien duela. La objetividad, así entendida, sea quizás tan utópica como la revolución, pero le ha llegado su turno.

Lamentablemente, si alguien está dispuesto a retar, a poner en duda o discutir la opinología de la academia-Avenida-Wilson-todo-Arequipa-pie-derecho, es rápidamente abucheado y maleteado por el callejón oscuro de la ignorancia atrevida: "eres de derecha, un agente de la CIA, un positivista, un cínico de falsa humildad, un defensor del sistema realmente existente, intelectualmente deshonesto, tu trabajo es una malagua". Esto le ha sucedido a Martín Tanaka, recientemente, a quien sólo se le podría acusar de propugnar la "honestidad brutal" de quien busca la imparcialidad. Como dice Ramón Ponce, Tanaka debe sentirse como John Wayne en un escenario de Risas y Salsas.

Publicado en Correo, 20 de Febrero del 2010

Seguirán firmas...

Eduardo Dargent en Caretas (25 de Febrero del 2010)
Alberto Vergara sobre "Los Intocables" en Domingo de La República (28 de Febrero del 2010)

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Wednesday, February 17, 2010

Carreteras tomadas, llantas quemadas…(Crónicas de conflictos, después de conflictos)


No soy periodista. No tengo la presión de llegar al momento de la noticia. Tengo la justificación de la tardanza y el pretexto disciplinario de tomar “distancia” para analizar. En las últimas semanas, decidí dejar descansar los libros de texto y las bases de datos, y recorrer los pasos perdidos de carreteras tomadas, donde el humo de las llantas quemadas duran más que un gabinete de ministros. Libreta de notas e hipótesis para todos los gustos (“la pobreza es el caldo de cultivo para los conflictos”, “hay conflictos donde no hay Estado”, “todo es parte de una conspiración internacional y del sabotaje de azuzadores radicales en contra del crecimiento económico del país”, etc.). Esta es la crónica de un sociólogo que estudia conflictos cuando los reportes oficiales indican que ya fueron. Si, Juan.

1. Todo comenzó en Ilave. Más de cuatro mil metros de altura. A eso súmenle el friaje. Regreso a Ilave cinco años después, cuando la tercera ciudad de Puno era sinónimo de un Fuenteovejuna aymara que había “hecho justicia” por sus propias manos al asesinar a su corrupto (sic) alcalde (Años después la Fiscalía demostraría su inocencia). Al llegar a la Plaza de Armas parece que nada cambio. Los gigantescos ventanales de un palacio municipal de seis pisos, los chamanes mirando el futuro en hojas de coca a la entrada de la iglesia, y los mismos dirigentes locales sentados en la ferretería de la esquina de siempre.
“¿Se acuerda de mi, don Julián?”. “Su cara se me hace conocida”, me responde. Julián Rivera fue uno de los dirigentes locales que estuvo en las movilizaciones contra el ex alcalde Cirilo Robles, y que después impulsara la “candidatura única” de Miguel Ángel Flores, quien en elecciones complementarias, sucedería a la autoridad desaparecida. Hoy Flores es considerado por el mismo Rivera como un “traidor”: “Nosotros colocamos a Flores en la alcaldía, y luego se fue con el Apra”.

Miguel Angel Flores fue ungido como “candidato único” por los sectores movilizados de Ilave, quienes se negaban a la posibilidad de que perdiera las elecciones ante cualquiera de los otros 10 candidatos. A pesar del apoyo de los grupos movilizados, Flores ganó con apenas el 22% de los votos. Al día siguiente de la elección y todavía con la resaca electoral intercambié palabras con él y sus seguidores, quienes optimistamente pronosticaban un futuro congresal. Hoy Flores tiene un programa radial en Puno y pasó sin pena ni gloria por el sillón edil. Como dice Rivera, “todo lo demás sigue igual”: la carretera Ilave-Masocruz es todavía un proyecto, las comunidades campesinas continúan exigiendo mayores recursos presupuestales, y se sigue dudando de la honestidad de las autoridades ediles. Antes de despedirme, Rivera me entrega la fotocopia de un volante en el que se exhorta a los ilaveños a solidarizarse con Pizango: “A éste es al que necesitamos”, me dice, mostrándome una foto del líder amazónico.

2. El azuzador retirado. En el 2001, Washington Román era el último en firmar, en Palacio de Gobierno, el Acuerdo Nacional como Coordinador Nacional de los Frentes Regionales. La revista Caretas le había dedicado varios reportajes calificándolo de “radical” y “azuzador”. Su carrera política era promisoria: de secretario general de Construcción Civil de Cusco, a secretario general de la Federación de Trabajadores Cusqueños, se alzaba como el principal dirigente social de la región imperial. Protagonista en paros, pero cauteloso en la construcción de propuestas regionales, Román ya era un personaje nacional, paseándose por los sets de Rosa María Palacios y Jaime De Althaus. En el 2002, postuló a la presidencia regional de Cusco por un frente regional que combinaba la fuerza de los sectores movilizados y la propuesta de la tecnocracia e intelectualidad local. Su candidatura obtuvo el 2% de los votos válidos.

Pareciera que 7 años después, aún se interroga sobre la causa de su derrota. ¿Es que acaso un líder que emerge de las movilizaciones sociales no es capaz de ganar una elección? Esa parece ser una constante que encontramos en regiones tan distintas como Huánuco, Puno, Ayacucho. Pero no necesariamente es una regla irrompible. Segundo Santos, un dirigente rondero del MNI quedó segundo en las elecciones regionales de Cajamarca el 2002. Jorge Espinoza, de Patria Roja, fue elegido Presidente Regional de Pasco, en una alianza regional que convocó desde radicales hasta apristas. En un café frente a la Plaza de Armas de Cusco, Román examina su pasado, confiando en una siguiente oportunidad. Hoy el ex movilizador, retirado de la “lucha social”, tiene un programa televisivo en un canal de cable cusqueño. Los últimos dos presidentes regionales han sido periodistas (Cuaresma y Gonzales), y parece que ese es el salto que requiere para consolidar su protagonismo político: de las calles al micrófono. “¿Qué te queda de tus momentos de figuración nacional?”, le pregunto. “Me quedé con el lapicero de Toledo como recuerdo”, responde con una sonrisa que por cachosa no deja de ser melancólica.


3. Los Frentes de espaldas. Erase una vez, en un tiempo no muy lejano, frentes regionales que organizaban grandes movilizaciones y ponían en jaque a gobiernos autoritarios (Fujimori) y democráticos (Toledo). Por aquél entonces la lucha por la democracia significaba descentralización, y los frentes eran, para muchos, la renovación de la clase política, el sistema político en ciernes, la esperanza de un mañana con nuevas representaciones políticas. Los que los veíamos con cierto desdén, ahora los recordamos con nostalgia.

Los frentes regionales eran algo así como los remanentes post-partidos de una izquierda provinciana que siempre criticó el centralismo limeño, y que habían logrado capacidad de resistencia regional frente el autoritarismo fujimorista. Hacia la transición democrática, lograron articular proyectos regionales como Nueva Amazonia en el Oriente, Plataforma Regional en Cusco, el Partido Humanista en Lambayeque. Luego de las primeras elecciones regionales del 2002, intentaron coaliciones macro-regionales y nacionales. Llegar al partido nacional “desde el interior”, desde “las regiones”: Diálogo Social, el PDS, entre otros, fueron vendidos por la izquierda progresista como los esfuerzos renovadores de una clase política con futuro. Yehude Simon, Vladimiro Huaroc, César Villanueva serían los protagonistas que desde Lambayeque, Junín y San Martin (respectivamente) evitarían que el Perú siga colapsando a causa de un centralismo endémico.

Han pasado un poco más de cinco años luego de que asumieran por primera vez el cargo de gobiernos regionales muchos de los provenientes de esta clase política regional. Los Frentes han evidenciado su falta de representatividad y han sido reemplazados por locutores radiales (Hugo González como Presidente Regional de Cusco, Hernán Fuentes como Presidente Regional de Puno) y por comités de lucha que llevan a ministros a Moquegua, Bagua, Andahuaylas y Sicuani. Las plataformas regionales (una suerte de propuesta política y técnica hecha entre operadores políticos y técnicos de ONG) y las cabalgatas y marchas de sacrificio a la capital exigiendo descentralización (así surgió Federico Salas) han sido desplazados por bloqueos de carreteras y secuestros de autoridades al paso, que desde la lejanía de un provincia rural desafían el optimismo presidencial y empresarial. Los nuevos actores de la política local provienen de “más adentro”, de las comunidades campesinas antes aisladas y subordinadas a la capital provincial, y que ahora, en su búsqueda de representatividad contenciosa, hacen que a su costado los “remanentes” de los viejos partidos sean tan tradicionales como sus pares limeños.

4. La conspiración internacional. Hugo Llano entra la oficina de una ONG en Puno buscando a un promotor social. “¿Tienes los análisis de la Inter-Oceánica?”, pregunta algo ansioso. “Voy a una reunión en el Gobierno Regional, y necesito esos datos con urgencia”, se justifica. A Llano, sus amigos le dicen “Áspero”, debido a su ánimo rebelde, el mismo que lo ha llevado desde las comunidades campesinas de El Collao a la organización de la IV Cumbre Abya Yala que se realizó hace unas semanas en Puno y que albergara a mas de 10 mil representantes de diversas comunidades étnicas de las Américas. La historia cuenta que en la clausura final del evento, compartió la mesa principal con Alberto Pizango (hoy exiliado en Nicaragua), Miguel Palacín y un par de parlamentarios bolivianos. ¿Es Llano el hilo de la madeja que nos puede llevar a la tan mentada “conspiración internacional”?

El gobierno insiste y cierto sector de la prensa complementa: Es el Perú-Avanza versus el Chavismo-Evismo-Boliviano-Anti-Sistema. Casas ALBA en Puno, parlamentarios bolivianos entrando y saliendo de nuestro territorio, ciudadanos venezolanos en las protestas. En el Sur Andino –ese que voto a la izquierda en los ochentas y a Humala en el 2006-- se constata algo evidente para antropólogos e historiadores: La Paz-Puno-Cusco es una continuidad económica, social y (por qué no?) política. Circula contrabando, así como ideas. La mentada conspiración parece en todo caso ser ante todo un sentido común político compartido, el anti-sistema es una narrativa vigente ahí donde ningún partido echó raíces, y entonces la Bolivia de Evo es el simple reflejo en el que se miran los que están al otro lado del Titicaca.

Qué tal si no te creo? Claro pues, nunca vas a aceptar que eres parte de un plan para tumbarte al sistema democrático. Bajo ninguna circunstancia vas a aceptar que recibes financiamiento internacional de Venezuela, que en los foros internacionales “otro mundo es posible” has recibido adiestramiento y recursos. Como me convences que no es asi? Washington Román se molesta ante la pregunta. Se indigna y responde: “¿Tú crees que seis bolivianos van a venir a decirme lo que hay que hacer? ¿Tú crees que los cusqueños nos vamos a dejar mandar de ese modo? No me falten el respeto con esa pregunta”. Say no more.

5. Todo termina en la Av. 28 de Julio (Miraflores). Mientras retira sus pertenencias personales de la oficina que lo acogió por 9 meses, Simon recuerda sus inicios en el Frente de Defensa de Lambayeque hacia principios de los ochenta. Un largo camino que combinó las luchas sociales provincianas, el radicalismo subversivo como una alternativa desesperada a la crisis, el Congreso de la República, la cárcel, la gloria electoral, la clandestinidad, el mea-culpa, y una nueva oportunidad. Quizás en su biografía personal se puede sintetizar la historia política de nuestro país: la esperanza de una izquierda desunida, la tentación y fracaso del terrorismo, el autoritarismo represivo de los noventa, y la alternativa regional del nuevo siglo que parece culminar con el Baguazo. La vida de Simon parece una mala película hollywoodense –llamémosla Inocencia Interrumpida--, que por tener tantas secuelas termina siendo un fiasco mayor.

Antes de dejar el despacho, lee la última comunicación oficial que recibió del Presidente, en la que se le agradece por los servicios prestados. En ese instante recuerda todas las veces que no le contestó el teléfono.


Publicado en Dedomedio en Agosto del 2009. Ilustración de Alvaro Portales.

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Saturday, February 13, 2010

El tránsfuga "de a pie"

Ezequiel empezó joven en política. Al entrar a la universidad, la política entró en su vida. Por afinidades amicales participó de un grupo de izquierda. Su simpatía y su floro le hicieron escalar posiciones hasta ser elegido dirigente del tercio. Pero eran los años inútiles y la frágil economía de su familia provinciana lo alejó definitivamente de las aulas; pero no así de la política. En su barrio encontró una oportunidad de reengancharse. Buscó al comité de izquierda de su distrito, comenzó a participar de sus reuniones, y con más experiencia llegó a ser dirigente nuevamente. Su capacidad de convencimiento y su habilidad para conseguir favores políticos eran la evidencia que había nacido para esto. En las elecciones de 1989 fue candidato a regidor. Si las disputas internas de la izquierda no hubieran roto la unidad, hubiera salido elegido. Se quedó por 3 mil votos.

Luego, la izquierda desapareció. Ezequiel se quedó sin partido, sin referentes, pero también sin jefes. Otros dirigentes y gente a la que había ayudado como tramitador de títulos de propiedad le animaron a formar su propio movimiento. Así, para las elecciones municipales de 1995, formó "Independientes por San Juan" y postuló por primera vez a la alcaldía. Obtuvo el 5%. Aprendió que era mejor candidatear por una agrupación nacional. En el 2000 conoció a Fernando Olivera, quien le ofreció ser candidato al Congreso. Ezequiel fue el número 33 de la lista del FIM para Lima. Muy lejos del éxito, pero muy cerca de una figura nacional.

El fin llegó para el FIM, pero no para Ezequiel, quien decía con orgullo nunca haber sido fujimorista. Con esa carta de presentación llegó a Toledo, a quien conoció en una pollada que hizo la alianza FIM-PP en el Crillón. El "Cholo" lo jaló a sus filas, atraído por el "parecido" de sus biografías: orígenes ancashinos y populares de ex estudiantes de economía. Ezequiel fue candidato a la alcaldía en el 2002 por PP y se quedó, otra vez por poco.

La semana pasada Ezequiel hizo cola en el JNE para desafiliarse de Perú Posible y adherirse a la candidatura de un cura. La gente que pasa les grita "tránsfugas" a los que están en la fila. El no entiende. ¿Cómo pertenecer a un mismo partido toda la vida, si estos desaparecen en cada elección? ¿Cómo endosar cierta ideología política si las élites no la tienen y las organizaciones políticas son indistintas entre sí? ¿Cómo no tener incentivos para cambiarse de agrupación en cada elección si los electores cambian de preferencias cada cinco años? Ezequiel se pregunta por qué un país lo insulta cuando él es el reflejo de lo que somos: un país tránsfuga.

Publicado en Correo, 13 de Febrero del 2010.

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Saturday, February 6, 2010

Hasta la derrota, siempre

En los últimos meses hemos observado procesos electorales en Sudamérica con un balance positivo para la izquierda de los respectivos países. En Bolivia, el MAS logró consolidarse como la fuerza política más fuerte de los últimos cincuenta años en base a una política gubernamental que combina ideología radical, identificación étnica y clientelismo en un solo combo político. En Uruguay, el Frente Amplio (FA) ha logrado la primera reelección de la izquierda en ese país presentando nada menos que a un ex guerrillero que, paradójicamente, llegó al poder gracias al "juego burgués de las elecciones". Con un componente ideológico elaborado y el control de la maquinaria electoral, el FA buscará consolidar su hegemonía en las elecciones subnacionales de abril. En Chile, y a pesar del desgaste de 20 años en el gobierno, la Concertación resignó una derrota ajustada, quizá demasiado premio para un candidato que expresaba todo lo contrario a lo que pedía su país: renovación. Sin embargo, la izquierda chilena pasa a la oposición con la Presidenta más popular de la historia reciente, y con la satisfacción de haber echado abajo el mito de que en Chile sólo se podía mantener el crecimiento económico con Pinochet.

Resulta triste ponerle a la izquierda peruana el espejo de sus compañeros sudamericanos. Pero quizás es más penoso aún buscar en ellos una receta. Las candidaturas (algunas "microcandidaturas") que se apuestan en ese lado del continuum político carecen de los elementos que explican el éxito de los modelos que quieren seguir. La amalgama de ideología e identidad política de Morales, la solidez de un aparato político con presencia territorial (FA) y la capacidad tecnocrática dirigencial (Concertación) están en las antípodas del capital político que la izquierda peruana ofrece, respectivamente: "líderes" con el carisma de un director de colegio fiscal; cuadros adiestrados en la audacia política propia de los talleres con papelógrafos y plumones (y encima con broncas al interior), y especialistas de las ONG que sólo han administrado presupuestos para los sándwiches del San Antonio.

Pero intentemos por un momento seguirle la corriente a sus "ideólogos-wannabe" que anuncian matinée-vermouth-y-noche que estamos ante un "momento constituyente" (¿no era "revolucionario", profesor?). A ver, mano en el pecho, mi estimado líder eterno de las masas combativas (o ex ministro toledista, como prefiera en esta ocasión): ¿realmente cree que están en la capacidad de administrar un país y llevar adelante esa "gran" transformación que -según ustedes- "el pueblo" aclama? La actual variedad y apoyo a candidaturas de derecha y el declive de las de izquierda muestran fehacientemente una vez más los espejismos de una izquierda perdida en su desierto. ¿Un fracaso más no importa? Hasta la derrota, siempre, queridos amigos.


Publicado en Correo, 6 de Febrero del 2010.

Link: La Izquierda, vista desde Cajamarca por Y. Luna.

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